El aparato de propaganda se nutre de recursos de argumentación en un esquema PENSADO para reforzar sus narrativas y minar los principios democráticos. En tiempos de storytelling, conviene conocer esas fórmulas
Las comunicaciones oficiales del Estado venezolano para el año 2007 implicaban un cambio de paradigma que definió el entonces Ministro de Comunicaciones, Andrés Izarra: “…para el nuevo panorama estratégico que se plantea, la lucha que cae en el campo ideológico tiene que ver con una batalla de ideas por el corazón y la mente de la gente. Hay que elaborar un plan y el que nosotros proponemos es que sea hacia la hegemonía comunicacional e informacional del Estado”, resume Andrea Garrido en su artículo Monopolización de los medios de comunicación en Venezuela.
Partiendo de ese principio, el Monopolio de propaganda chavista ideó un esquema PENSADO en contaminar el debate público con el predominio de sus historias en los medios de comunicación, ahora controlados por el Estado, y en las redes sociales a través de la guerrilla comunicacional que funciona, al menos, desde el año 2010.
En esta serie describiremos algunas de las cartas de ¿Casualidades? Que forman parte del Monopolio de propaganda oficialista, en un esquema PENSADO y organizado para posicionar su narrativa por encima de los hechos.
- Carta 2: ESPANTAPÁJAROS
¿Casualidades? Esta es la carta ESPANTAPÁJAROS
“El espantapájaros es un dispositivo retórico donde se atacan opiniones o ideas nunca expresadas por el oponente”, explica EU vs Disinfo, en su serie SWAMPED (hundido)
EU vs Disinfo ha documentado este recurso en la desinformación rusa “a veces usando el “neoliberalismo” como un espantapájaros —como un chivo expiatorio, un enemigo imaginario— con el cual se buscan justificar todas las acciones y políticas, a veces erradas o criminales, que demuestran los regímenes autoritarios.
En otras ocasiones se hace uso de otros enemigos imaginarios —hombres de paja—, que buscan distraer la atención del tema principal. Por ejemplo, se ha sugerido que existen “fuerzas muy siniestras” detrás de activistas o personas que impulsan protestas sociales, aunque se encuentren reclamando, con argumentos contundentes, sobre casos de corrupción o violaciones de Derechos Humanos cuya responsabilidad recae en los mismos regímenes autoritarios que intentan censurarlos.
En Latinoamérica, esta estrategia ha sido utilizada en muchas ocasiones por los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, especialmente para justificar las acciones propias o de cercanos. El objetivo de la falacia del “espantapájaros” o del “hombre de paja” es sembrar dudas y disipar la atención de la audiencia:
Otro ejemplo del uso de la falacia del espantapájaros, ocurrió en agosto de 2021, cuando el régimen cubano atacó a la etiqueta #SOSCuba, una protesta digital impulsada por cubanos en la isla. El régimen cubano afirmó, entre otras cosas, que la etiqueta no había surgido en Cuba y que para su impulso “fueron usados robots de última generación, costosos e indetectables”.
Usando datos abiertos, probamos que este y otros ataques —del régimen cubano contra la etiqueta— estaban basados en suposiciones deliberadamente falsas con el objetivo de deslegitimar la protesta digital.
No tienen moral
Un espantapájaros usado con frecuencia en el Monopolio de Propaganda se refiere directamente a deslegitimar un argumento centrando la discusión en la persona que lo presenta, lo que se conoce como falacia ad hominem.
“La falacia ad hominem o argumento ad hominem, consiste en dar por sentada la falsedad de una afirmación usando como argumento quien la emite o la defiende. Se trata de desacreditar la proposición de alguien atacando al emisor en lugar de a la idea”, explica Nacho Tellez en su artículo 10 falacias que usan para engañarnos.
Esta táctica lo podemos ver en otro video donde Diosdado Cabello, cuestiona los intereses de la oposición y establece una superioridad moral del gobierno que representa “no tienen moral para gobernar este país; se lo entregarían a los gringos”, dice.
“Desde la perspectiva de la retórica clásica, se trata de una falacia informal: falsa tanto desde el punto de vista lógico como fáctico. Sin embargo, esto no excluye su eficacia, ya que apela a las emociones del público”, explica EU vs Disinfo.
Las falacias informales “son argumentaciones no válidas desde un punto de vista racional” y sirven al monopolio de propaganda chavista para redirigir la discusión. Lo que, en este caso, plantea al público la interrogante: ¿estás dispuesto a entregar tu país a Estados Unidos?
El monopolio de propaganda oficialista utiliza todas las cartas de este esquema PENSADO con el fin de contaminar el debate público, uno de los principios fundamentales de la democracia como sistema. En su intento de romper el monopolio comunicacional que, según ellos, ha ejercido la derecha, están estableciendo un nuevo monopolio acorde a sus historias, independientemente de los hechos.