A medida que la conversación en línea sobre las actas electorales se desvanecía, la desinformación oficialista intentó desviar la atención de las denuncias sobre la violencia generada por “colectivos” armados.
La desinformación oficialista jugó un papel clave en distorsionar los eventos del 28 de julio, cuando la atención sobre las actas electorales fue rápidamente desplazada por denuncias sobre la presencia de colectivos armados que intimidaban a los votantes.
A pesar de que en redes sociales se registraron miles de publicaciones sobre esta violencia, en días posteriores el gobierno intentó desviar la narrativa, acusando falsamente a grupos opositores que protestaron la noche del 28 de julio —en la gran mayoría de los casos de forma pacífica—, de ser los responsables de los disturbios y la violencia postelectoral.
Sin embargo, datos recopilados en la red social X usando la herramienta Meltwater revelan una realidad diferente, exponiendo cómo presuntos grupos de “colectivos” actuaron con impunidad —a veces incluso bajo la mirada de las fuerzas policiales—, desde el mismo 28 de julio, mucho antes de que se comenzara a responsabilizar a los “Comanditos” de la violencia en las calles.
Denuncias sobre colectivos violentos quedaron como marca indeleble en X
A partir de las 5:00 p. m. del 28 de julio, la conversación sobre las actas electorales comenzó a ganar relevancia entre los usuarios de la red social, volviéndose más notoria a medida que caía la noche, mientras miles de venezolanos publicaban fotos de las actas y videos de los conteos en sus respectivos centros de votación.
Poco después de las 7:30 p. m., empezaron a proliferar los reportes sobre la presencia de presuntos “colectivos” que se acercaban a estos centros, amedrentando a los presentes. Las múltiples denuncias sobre la presencia de estos grupos escalaron rápidamente, superando la conversación sobre las actas alrededor de las 9:00 p. m.
Contrario a lo que intenta imponer la desinformación oficialista, en la red pocas personas denunciaron la presencia de grupos de oposición violentos, “guarimberos” o “terroristas”.
Cuando se observa la cantidad de publicaciones en su justa proporción, se comprende lo que ocurrió: la conversación estaba relacionada con los colectivos, no con opositores. A las 11:15 p. m. del 28 de julio, se registraron 2.427 tuits con la palabra “colectivos” en solo un minuto. Para comparar, el pico máximo de la palabra “terrorista” en las primeras 48 horas fue de apenas 248 tuits por minuto, el 30 de julio a las 10:30 a. m. —una cantidad mucho menor que apareció mucho después de la gran cantidad de denuncias sobre la presencia de presuntos “colectivos”—.
La conversación sobre las actas cayó abruptamente a las 10:03 p. m. del 28 de julio, mientras que las denuncias sobre la actividad de los presuntos “colectivos” continuaron durante un par de horas más.
Después del mediodía del 29 de julio, la gente empezó a darse cuenta de la represión que había comenzado la noche anterior. La conversación sobre las actas se redujo casi al mínimo. A partir de las 5:00 p. m. del 29, surgieron más denuncias sobre la presencia de los presuntos “colectivos“, alcanzando otro pico de 2.186 tuits por minuto a las 5:30 p. m.
Sí, desde la noche del 28 de julio y durante los tres días siguientes, hubo violencia. Pero atribuir esa violencia a estructuras organizativas de la oposición —e ignorar el papel de los colectivos armados, que en ocasiones actuaron en presencia de grupos policiales— es desinformación.
(El anterior texto es el resultado de un análisis de 1.237.522 publicaciones en X durante las 48 horas posteriores al 28 de julio a las 2:00 p. m., utilizando palabras clave relacionadas con el contexto electoral venezolano y la posterior represión de la protesta).